La sensualidad de las noches ardientes, calurosas e inmortales recorren como recuerdos presentes que se hacen realidad aqui y ahora.
El cuerpo de aquel que me es privado es la tentación por el cual me encuentro desnuda enfrente de esos deseos ardientes, de besar cada segundo las partes del cuerpo que no son visibles a la vista de los extraños.

Sus manos rozando mi cuerpo, acariandome lentamente como pintando un paisaje de deseos eroticos en las curvas de la vida.
Su manera de lamer la deliciosa sangre que recorre las venas de mi cuerpo. La sastifacción de ser aquella que domina y al mismo tiempo ser prisionera de sus movimientos.

Besarnos locamente sin dejar un minuto de respiracion perdidos en el aire, despojarnos de las ropas que ensucian esas ganas de volvernos locos por el otro.
Desgastar todas las energias en una sola noche, para saber que nos entregamos completamente.

Ser yo en ti, y vos en mi. Ser uno, ser dos complementandonos.

Cintia.