
La obsecion de rozarme con tu pecho, apoyarme en tu espalda, cubrirme con tus brazos y soltarme y caer sobre ti.
Ensuciarme de tu saliba, energizarme con tus palabras, sentir tu respiración tan cerca que se una con la mia y formemos una.
Mi fruto prohivido es tu cuerpo, es el lamer la dulce miel de tu boca, resucitar cuando tus manos modelan mi silueta.
Mi pecado es el entregarme cuando te tengo cerca, cumplir tus fantasias a tu antojo. Es esconderme para que me busques y al encontrarme, unirnos con tal desesperación que las luces que nos vigilan se apaguen para no ser complices de este nuevo desafio.
Mi destierro al paraiso fue por beber el dulce nectar de tu cuerpo, por hacerme prisionera de tus caricias, de tus locuras, y de tus engaños para que me entregue a tu voluntad.
Mi pecado es tan fuerte y tan divino, que ni el propio Dios podrá perdonarme por amarte de esta manera.
3 comentarios:
Guauu que pecado, amarse, entregarse, ser prisionera, disfrutarse sin limites... me encanto negris.-
Beshotes muchos!!!!
que hermoso lugar aqui, me di el gusto de leerlo y admiralo
el pecado del deseo...es el mejor pecado
un abrazo
besos y sueños
Que bella forma de pecar, que hasta el cielo se estremece.
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